
Las tecnologías de la información y las comunicaciones y la educación rural en tiempos de pandemia
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Martha Leonor Saiz Sáenz
Rosmira Teresa Jacome
Luz Helena Caraballo
las personas en la medida que contribuyen al
tejido social y a la sustentabilidad ambiental”(p.
8), de acuerdo con el anterior planteamiento,
las instituciones de educación deben evaluar
sus currículos y ajustarlos a las necesidades que
trae consigo la globalización.
De igual manera, uno de los objetivos de
desarrollo sostenible, en particular el número
cuatro, corrobora que la educación debe
ser inclusiva, equitativa y de calidad, pero
se debe garantizar que sea para toda la vida
(Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura [Unesco],
2016). Colombia es un país que repunta en
sus recursos naturales, sin embargo, no se han
aprovechado de la mejor manera; para ello, es
necesario que dichos recursos se conozcan, se
potencien y se puedan aprovechar para que se
transformen, teniendo en cuenta el desarrollo
tecnológico que se ha logrado.
Así mismo, Melendro (2009) maniesta:
“el planteamiento que ha de hacerse de la
educación para la vida en un mundo global es
mucho más complejo en cierta forma que la idea
de educación” (p. 187). También es necesario
ver las situaciones en los nuevos escenarios
educativos; el conocimiento dejó de ser lento,
escaso, gracias a la tecnología y la información
de primera mano, a los recursos TIC, a la llegada
de la educación STEM (ciencia, tecnología,
ingeniería, matemáticas) y al interés nunca visto
para que las mujeres hagan parte activa de este
tipo de educación, además de abrir las puertas
a la investigación. Finalmente, es importante
resaltar que los índices de violencia en Colombia,
el desplazamiento forzado y los malos manejos
de los recursos dispuestos para la educación
han llevado a que el sistema educativo esté
rezagado con relación a otros países.
El conocimiento y la información están al
alcance de todos, la escuela ya dejó de ser el
único espacio para adquirirlo; no obstante,
esta saturación de información también puede
traer cierto tipo de peligro para la sociedad,
en especial para la educación. Así lo conrma
Melendro (2009):
Hoy también nos encontramos con uno de los
más graves inconvenientes de la globalización
de la información, con la gran contradicción
de que resulta más problemático “digerir”
la información que nos llega, aprender a
asimilar, que acceder a ella. Los excesos
informativos se convierten en un obstáculo, y
son de escasa ayuda para entender realmente
dónde nos situamos, para ser conscientes de
los límites y las posibilidades que nos plantea,
y que nos ofrece, el mundo en que vivimos.
(p. 200)
La falta de acceso a la información en la
población rural, sumada a los efectos de la
pandemia por covid-19, que llevó a la población
al aislamiento social, afectó los procesos
presenciales en la educación en Colombia, en
consecuencia, se adoptó la asistencia virtual
remota, complementada con guías didácticas,
que dejaron en evidencia las brechas en el
acceso a las TIC en la educación rural, y la poca
oportunidad que tienen los estudiantes de este
sector para poder interactuar con sus maestros a
través de estos medios, lo que se transforma en
una baja calidad de vida digital en los estudiantes
de las instituciones educativas rurales (IER).
Lo anterior invita a docentes y comunidades
educativas a estar preparados para afrontar estos
retos y desafíos, y convertirse en agentes clave
que acompañen y guíen estas transformaciones.
Esta revolución educativa exige, además, estar
dispuestos a reinventarse y ser agentes de cambio.
El uso de las tecnologías ha sido de gran utilidad
en la educación remota, además, posibilita
que el docente sea una persona que invita a la
autorreexión y a que el estudiante valore su
propio conocimiento sin imposición; asimismo,
permite que la experiencia conduzca al saber
y al desarrollo de competencias, es decir, debe
haber transformación para que haya aprendizaje
y se genere un proceso de cambio. Al respecto,
Campuzano et al. (2021) maniestan: “las
herramientas digitales de apoyo para el proceso
enseñanza-aprendizaje se convirtieron en la
plataforma principal de interacción entre docentes
y alumnos en este contexto de pandemia”. (p.
79). En este contexto, la pandemia hizo evidente
la falta de estas herramientas en la zona rural, así
como la falta de preparación de algunos docentes,
estudiantes y padres de familia en el uso de las
TIC, convirtiéndose en uno de los mayores retos,
lo que lleva a una invitación a formar docentes y
estudiantes en herramientas TIC.
El matrimonio educación-tecnología (digital)
no solamente se localiza en el discurso más
amplio de la educación para el desarrollo,
sino que algo nos dice sobre los métodos de
enseñanza. Al modo de un mandamiento, los
estudiantes han de ser más libres, elegirán
sus propios caminos para aprender, y seguirán
sus intereses individuales. (Rubio y Jiménez,
2021, p. 64)
El acceso a materiales y actividades diversas
deberá ofrecer escenarios distintos, acoger
estados de ánimo, expectativas e intereses