
La enseñanza problémica en la Licenciatura en Educación Básica
con énfasis en Ciencias Sociales de la Universidad de Nariño
Revista Criterios - 29 (1) Enero- Junio 2022 Rev. Criterios - pp. 82-97
ISSN: 0121-8670, ISSN Electrónico: 2256-1161,
https://doi.org/10.31948/rev.criterios
Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia.
Barbara Laid Ojeda-Cortes
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la expresión cualitativa (apto/no apto) o
cuantitativa (10, 9, 8, etc.)” (Ruiz, 2009, p.
22).
Las nuevas estrategias pedagógicas por
competencias requieren nuevos modelos
evaluativos, en los que se deje de lado la idea de
la evaluación, asumida como la emisión de una
nota desde porcentajes y por cumplimiento,
a un mecanismo de valoración cualitativo,
donde se tiene en cuenta al estudiante en su
dedicación-rendimiento-avances y alcances
en su formación, comportando una emisión
de juicio de valor de manera integral;
así “los estudiantes, al notar actividades
complementarias de conocimiento, no están
condicionados a la ‘nota’, lo cual siento con
agrado, que no siempre deben esperar algo
a cambio por realizar un trabajo (principio de
estímulo - respuesta)” (D.d.3.65.13.3.).
En este sentido, al asumir una evaluación
más humana, desde las habilidades de los
estudiantes y desde las solicitudes de las
competencias, se puede entender que el acto
evaluativo supera la dimensión de entregar
una nota, porcentaje y calicación, modelo
que ha venido imperando en la educación en
general, y al que responden inconscientemente
los docentes y estudiantes.
Con esta lógica del “proceso evaluador, se
puede sustentar que la función y la nalidad
de la evaluación […] desde el reconocimiento
del otro como semejante que enseña, aprende
y evalúa, es ganar en humanidad, en otredad,
en ética y en compromiso” (Ojeda Cortes
y Morales García, 2019, p. 72), y va en
consonancia con el desarrollo de aprendizajes
socialmente signicativos. Este proceso que,
a claras luces confronta las ideas tradicionales
de educación, requiere de una decidida toma
de postura por parte de los docentes, ya que
ellos son los directos responsables de fomentar
los cambios en los procesos formativos, en las
formas y en los criterios de evaluación.
Algunas puntadas de cierre
Los profesores del programa procuran
implementar unas didácticas y estrategias
de aprendizaje que estén articuladas con el
desarrollo de los cuatro métodos de la enseñanza
problémica, que les posibilitan aanzar las
habilidades y competencias denidas para la
licenciatura; sin embargo, sustentan que aún
hace falta mayor capacitación, evaluación
y validación de estos tres componentes
pedagógicos, para reconocer las fortalezas,
falencias, carencias y ajustes que aporten a
una optimización de las mismas en pro del
aprendizaje de los estudiantes.
Para la disposición de ambientes de aprendizaje,
asumidos como las “posibilidades para innovar
y generar distintos sistemas de interrelación
que conducen al aprendizaje desde una
mirada plural” (Bravo et al., 2017, p. 7), los
docentes consideran que es necesario recrear
otros escenarios y espacios que faciliten el
aprendizaje de forma creativa, amena y de
exploración; este punto en particular, los llevó
a repensar la enseñanza, las metodologías,
las nalidades de las mismas y, las formas de
aprender de los estudiantes, concluyendo que
no todos aprenden de igual forma, no tienen los
mismos intereses y que, los tiempos y lugares
de aprendizaje deben ser exibles y variados.
En lo concerniente a autores y escuelas
utilizadas por los docentes en el desarrollo de los
encuentros pedagógicos, los resultados resaltan
la variedad de los mismos, sobresaliendo
los nombres de autores en los campos de
la pedagogía, la investigación y, otros que
aportan a las disciplinas que desarrollan en el
programa, a los contenidos y estrategias que,
adelantadas a su tiempo, encuentran hoy un
espacio signicativo, otorgando a docentes y
estudiantes, herramientas para una educación
transformadora. En este ítem se destaca
la enunciación de nombres y escuelas de
pensamiento para: la organización del discurso,
la mediación pedagógica y, la selección de
modelos pedagógicos.
Indagar sobre una formación por competencias
en la educación superior merece bastante
dedicación y objetividad dado que, los sentires
de los docentes aoran en el momento en
que se cuestionan si aprenden y enseñan por
competencias y, sobre la utilidad e importancia
que les otorgan a las mismas; además de ello,
se interpelan por su capacidad de reconocer
si las estrategias y metodologías aanzan
habilidades y competencias de nivel superior,
el reconocimiento de estas al interior de su
proceso formativo y, el interés de formar en
requerimientos del siglo XXI. En sí, es indagarse
a sí mismos por su capacidad de ingresar
a este mundo de enseñanza, aprendizaje
y evaluación, requerido por el proceso de
formación por competencias, en donde se
puede ocultar o develar, intenciones que el ser
humano, en su rol como docente, saca a ote
y que, mínimamente, quieren ser visibilizadas.
En cuanto a la evaluación por competencias,
abordada como la superación de la visión
estrecha que “hasta ahora ha dominado