
145
Acompañamiento terapéutico fuera de los límites del
consultorio: una experiencia vital in situ
Alexander Ospina-García
Alexander Rodríguez-Bustamante
Gloria María López-Arboleda
Revista Criterios - 28 (2) julio - diciembre 2021 Rev. Criterios - pp. 140-149
ISSN: 0121-8670, ISSN Electrónico: 2256-1161,
https://doi.org/10.31948/rev.criterios
Universidad Mariana, San Juan de Pasto, Nariño, Colombia.
historia más del día, del esfuerzo limitado;
se precisa un desplazamiento físico que le dé
contexto, texto y pretexto (Parra, 2003).
Poder pensar este ejercicio motiva un
replanteamiento de los niveles de intervención
indicados por Salazar de la Cruz y Jurado-Vega
(2013), para ubicar la intervención planicada
y la terapia familiar, como una opción alterna a
los acompañamientos familiares. La propuesta
se reduce a unir estos dos niveles para pensar
en el acompañamiento terapéutico in situ, ya
que es una expresión latina que signica ‘en el
lugar’.
Si bien la expresión hace parte de un ejercicio
pedagógico propio de los docentes, también
se acuña al momento en que se genera
acompañamientos a familias que requieren
mejorar o potenciar situaciones de vida.
Además, esta expresión se encuentra bajo
la premisa de formación situada; es decir,
delimitada a unas condiciones de la práctica del
hacer cotidiano. Esta modalidad de formación
ha tenido importantes desarrollos, pues se
convirtió en un ejercicio dialógico entre las
personas que intervienen (Caicedo, 2015).
Vale la pena reexionar frente a ¿qué pasa con
las familias de la zona rural?, ¿cuándo pueden
asistir a un proceso de acompañamiento
terapéutico?, ¿qué debe suceder para que
alguna institución las remita donde un
terapeuta o profesional en intervención? Aquí
se hace evidente la brecha económica, familiar,
social y comunitaria para el acceso a servicios
de terapia; en algunos casos, se visibiliza en las
remisiones institucionalizadas de las familias
rurales que identican prácticas hostiles por
un agente externo al sistema –docente, gestor
social, psicopedagogo, auxiliar pedagógico,
vecinos, entre otros-. Siendo así, se piensa
que el ejercicio de intervención y de terapia
es sesgado por factores políticos, sociales,
culturales y económicos.
La necesidad se hace evidente cuando
se empieza a pensar en las familias en
contexto, en el lugar; familias que requieren
de acompañamiento por profesionales, con
la capacidad de leer la realidad y que se
desplacen hacia su sitio. La propuesta de los
acompañamientos terapéuticos in situ, consiste
en que el terapeuta rompa sus límites y se
movilice hacia la comunidad, para que pueda
realizar un ejercicio de reconocimiento de la
realidad familiar rural o urbana y hacer frente
a lo que se le presente.
Además, la propuesta se extiende al nombre
del lugar donde el terapeuta realiza sus
intervenciones, más abierta y relacional,
para que las familias puedan llegar a trabajar
en sí mismas, en su crecimiento y cambio;
por ejemplo, el Centro de Acompañamiento
Familiar (CAF), permite reconocer diferentes
ejercicios de acompañamiento para que los
sistemas se permitan agenciar el cambio de
una manera mucho más autónoma, dinámica
y natural, saliendo del imaginario terapeuta-
paciente; el signicado y sentido que le damos
a lo que decimos genera un cambio en la vida,
pues el lenguaje crea realidades (White y
Epston, 1993).
2.2 Principialística del acompañamiento
terapéutico in situ
A partir de la reexión generada hasta el
momento, vale la pena pensar un proceso de
acompañamiento familiar que una, vincule,
permita ser y genere cambios con cada
integrante, naturalmente desde el lugar
ocupado en la familia. En palabras de Herrera
(2010), hay que modicar el signicado implícito
que tienen las palabras ‘rol’ y ‘función’ en la
dinámica familiar, para pasar de paradigma y
ser consiente del lugar parental ocupado por
cada integrante. Es por esto que se podría
pensar el acompañamiento terapéutico in
situ, como una forma distinta de permitirse
como profesional, ser y estar con los grupos
familiares, para la promoción de acciones que
transformen la vida.
Pensar un terapeuta por fuera de los límites de
su consultorio y con ello toda la dinámica que
trae consigo (Ceberio, 2020), es una alternativa
de intervención donde se reconoce a la familia
en su contexto y realidad, en su historia y
narrativa, en su pura dinámica relacional; es
la oportunidad misma que tiene el profesional
de palpar la vida íntima de la familia, con un
lente más amplio del contexto y así, brindarle
un espacio de mejora.
Permite reexionar y fortalecer el Self del
terapeuta, como una exploración y un
reconocimiento del sí mismo (Rodríguez,
Pérez, Bedoya y Herrera, 2019). Terapeutas y
profesionales que ven más allá de su consultorio,
son quienes reconocen la capacidad de agenciar
el cambio, en tanto ponen a disposición la
relación ser-estar, con otro sistema que los
invita a realizar movimientos a partir de la
historia narrada.